Tibet TAR (Tibetan Autonomic Region) – Lhasa

TREN XINING – LHASA.

31 de Julio. 17 hs

Escribo desde la ruta de tren más alta del mundo, llamado Qinhai – Tibet Railway. Orgullo de los chinos, y sin duda alguna una obra de difícil construcción, ya sea por las condiciones climáticas (hasta -20 grados), la gran altura (falta de oxígeno) y lo inóspito de esta región. He embarcado en la ciudad de Xining, al norte de China. Luego de varias experiencias con nuevos y estrictos controles de documentación para extranjeros y tibetanos, así como un trato especialmente impetuoso por los agentes de policía que aparentemente controlan y trabajan en las empresas de transporte y comunicación, me encuentro a bordo en una jornada que llevará 24 horas de viaje hasta la ciudad de Lhasa. Así es, y para ello opté por el viaje supuestamente más confortable en una de las tres clases disponibles, y viajo en un camarote con otras tres personas, a mi lado y frente a mí en este preciso momento, obviamente compañeros de ruta chinos. Una madre con su hija que llevan ya 2 días en el tren viajando desde la costa este, y un joven que dormirá en la litera sobre la mía, que viaja solo desde hace casi un día. Camas de buen ancho para ser un tren. Me he aprovisionado de bastante peso en comida, fruta fresca, frutas secas, agua, leche, café en polvo, galletitas, y magdalenas. Estoy un poco cansado ya de los tradicionales noodles japo chinos…

Existen varias formas de llegar a Lhasa, capital del Tibet, situada al oeste de China, al norte de Nepal y Bhutan: por avión, por tierra o por tren. Meu amigo e pequeno mestrinho Krishna Das, me falou que o legal para chegar em Lhasa, é pegar o trem. E aqui estou seguindo seus conselhos meu querido amigo. O que acontece e que acho que a maioria dos passageiros sao chineses e nao tibetanos… Nao fui ainda ver o resto do trem, mas na estacao de Xining so distingui poucos locais e observei que tem só 4 de raca branca. Toman este tren más de 1 millón de personas, y lo que realmente consigue es dejar bien comunicado al Tibet con el resto de China.

El tren recorrerá la región del plateau por las zonas más bonitas del norte, y subiendo hasta alcanzar el paso Tanggu-la a 5072 metros de altitud. Supuestamente el tren tiene oxígeno a disposición aunque la cabina no está presurizada. En mi recorrido por Amdo he ido aumentando paulatinamente mi exposición a la altura, y así voy correctamente acostumbrándome a la falta de oxígeno. Lhasa está a ¨apenas¨ 3650 metros de altitud sobre el nivel del mar, así que unos días de tranquilidad en la ciudad antes de comenzar mi viaje con mi nueva compañera, me ayudarán a aclimatarme para luego seguir hasta el Monte Kailash, al oeste, en ascenso.

Para los extranjeros que visitamos el Tibet TAR, debemos tener contratados con una agencia de viaje local, un tour detalladamente determinado, con un guía y un conductor. Adicionalmente precisamos tener permisos especiales para turista emitidos por el gobierno y que demoran 17 días, e incluso son restrictos y cambian año a año. Hay momentos en que la región tibetana está cerrada para extranjeros, y depende del gobierno chino cuando puede ser visitada y con que requisitos.  Para los que viajamos fuera de Lhasa, precisamos otros permisos de extranjeros y permisos militares dependiendo de la zona a visitar. En mi caso, preciso de TODOS los permisos que se requieren en el Tibet!. Todos los tramita únicamente la agencia de viajes. No está permitido el turismo independiente.

 

 

31 de julio. 20.45 hs. 

Las cosas han cambiado!. Debo decir que estoy en el lujo del tren!. Han comenzado a pasar carritos con comida, todo chino obviamente, y claro que todo de pago. Ese olor a comida de avión-tren que no es muy apetecible. Luego comenzó el tránsito por los baños y los lavabos, que ya desde temprano están asquerosos. El tema de la higiene siempre ha sido un asunto importante para mí, y la verdad que en algunos países como Indonesia, y especialmente China, me tocan y bastante. Debo reconocer que en los pasados 16 días desde que estoy en China el tema es un destacado de mi día a día. Hay veces que no comprendo como pueden ser tan descuidados y mugrientos; desde los hoteles, los restaurantes, los medios de transporte, las calles, las casas de la gente, los comercios, etc. Por la calle es habitual ver como tiran la basura al suelo, ¨como si nada¨, aún habiendo baldes de residuos y papeleras. En los restaurantes a los que he ido más vale no mirar la cocina ni los baños, sino no como. Es cierto que hace unos días estoy en una zona no metropolitana, pero la experiencia en las ciudades ha sido peor. Dicho esto, aunque no he conseguido comer de maravilla como mi tío Raúl me contó, me he sentido siempre bien y hasta ahora todo funciona saludablemente. Mi dieta se ha transformado y como bastantes carbohidratos (noodles, galletitas, arroz, dumplings) y lo más posible de frutas frescas y secas. Las proteínas con los huevos cocidos en soja y vinagre, y algo de carne, que suele estar siempre acompañada de enormes cantidades de grasas, piel, vísceras, venas y no sé que más. Todo cortadito y cubierto de salsas.

Fui a caminar hasta el primer vagón del tren. Pasé un par de vagones como los que viajo, y ya los lavabos están atascados con comida. Basura acumulada en el suelo. Me encontré con el camarote de los aún aparentemente 4 europeos del tren además de quien escribe. Seguí hasta el restaurante, habían unos 10 funcionarios vestidos de uniforme sentados en las mesas, y las miradas se clavaron en mí. Comentarios, seguramente preguntándose hacia donde iba este extranjero o en que compartimiento estaba. Seguí mi camino de nuevo ¨como si nada¨. Pasé a la clase de únicamente asientos… bueno, asientos triples enfrentados de cada lado, total 6 personas frente a 6 personas, sin cama, no reclinable. Dejo que la imaginación del lector vuele e imagine los olores, los calores, la basura, ¨el caos en el orden¨!. Aquí viaja gente principalmente joven, bastantes tibetanos, y demás chinos. Continué luego de pasar 5 vagones repletos, en cada punta baños atascados y lavabos indescriptibles. Me topé con la clase intermedia, compartimientos abiertos de 6 literas cada una, bastante estrechas, con poco espacio, pero digamos que dignas.

Al regresar decidí proceder con la higiene bucal previa al sueño. De la muestra de lavabos escogí uno vacío con 3 piletas. Al minuto, un Sr. musulmán (chino musulmán se los llama Hui) comenzó a lavarse la cara, sonarse la nariz, escupir, y posteriormente a lavarse los pies en la pileta. Yo seguía en mi proceso de dientes. Enseguida, una Sra. Han (como se los llama a la mayoría de los chinos) con sus potes y vasos a lavar la loza en la pileta sobrante. En fin, hermosa experiencia cultural en medio de la higiene de un detallista!. 

A dormir!. Mañana más historias del tren!. 

 

1 de agosto. 09.15 hs. 

Una noche de sueño directo, casi 9 horas, no está nada mal para el ambiente!. Compartimos el camarote muy respetuosamente con mis amigas y amigo chino, a quien caaaaaaasi lo invito a dejar los zapatos fuera, del pestazo a pata que tenía. Pero decidí callar, y tomarlo como parte de la experiencia. Aumenté el A/C y con los super edredones que nos proporcionan, me metí en mi iglú!. 

La mañana comenzó a las 7 am con mis amigos preparando sus sopas, comiendo huevos y pepinos. Intenté dormir más en el iglú tan confortable y a las 8 am despejé mi cama que sirve de sillón para todos. Desayuno café con leche en polvo con agua hirviendo siempre disponible, costumbre china para sus tés y sopas. Nadie bebe café.

Durante la noche pasamos los picos más altos del viaje de hasta 5072 mts y ahora ya en la región tibetana comenzamos el descenso. Se siente una dificultad al respirar, una sensación de agotamiento por poco esfuerzo. El paisaje sigue siendo hermoso: el plateau tibetano es bien verde con montañas y elevaciones. Un sol fuertísimo y un cielo azul intenso. Manadas de yaks (típica especie de vacuno tibetano con pelos largos), ovejas, cabras con cuernos que parecen pequeños ciervos. A lo lejos carpas de tibetanos nómades que cuidan de sus animales. Recorremos una zona de lagos de aguas cristalinas, sagrados para los tibetanos y considerados sitios de peregrinación. A lo largo de la vía muchas veces cercada, se ven carpas militares con la bandera de China y militares en motos, así como un militar haciendo su rígido saludo en cada punto parada.

 

1 de agosto. 13.40 hs. 

Nos acercamos a Lhasa. Los niños de dos compartimientos vecinos no paran de sonreirme y decirme ¨Hello¨, como muchos otros niños que he conocido en el camino. Los chinos aprenden inglés en la escuela desde los 8 años, pero es claro que la educación está básicamente basada en lectura y escritura y no en hablarlo.

La mañana la he dedicado a leer y completar partes de los blogs anteriores. La verdad que mis compañeros de camarote han sido excelentes embajadores de su cultura, hemos jugado a las cartas (no sé como se llama el juego, pero he aprendido!), me han convidado con vitamina C y manzana, y he pedido a mi vecino que haga de gestor e interlocutor en la compra de agua!. 

Los paisajes han seguido similares; ese plateau interminable de pastos verdes y cortos, animales que parecen tener todo el territorio a disposición. Comenzamos a ver más asentamientos y pueblitos, así como casas aisladas. En ambos casos, las casas tienen un mástil con las banderitas de colores tibetanas y muchas otras con la bandera china, incluso algunos casos con ambas. 

El viaje no me ha resultado pesado, aunque ya mi cuerpo pide un cambio de hábitat!. Me quedo con la experiencia de un viaje diferente, en el cual aún desde mi iglú de máximo confort, he aprendido a convivir en un ambiente local chino. 

 

2 de agosto, Tibetan birthday!. 

Desde que comencé a soñar y planificar este viaje, el primer destino que me marqué fue donde pasaría mi cumpleaños. Y siempre fue Lhasa ese punto sobre el que articulé mis tiempos de viaje, mis destinos. Y aquí estoy, en Lhasa, un sitio tan emblemático y sagrado, tan lleno de energías contrapuestas, de naturaleza infinita. 

Es la primera vez que he pasado un cumpleaños sin familia o rodeado de los amigos de siempre. Es la primera vez que he pasado un día tan intenso donde inesperadamente y en minutos, los desconocidos se transforman en mi familia y en mis amigos. Es la primera vez que cosas y situaciones tan simples me emocionan tanto, me hacen sonreir, me hacen sentir tan vivo. 

Por la mañana, la primera emoción del día. Me tocaron la puerta de la habitación con una inesperada sorpresa: una tarta de cumpleaños, una postal escrita y unas velas en forma de flor. Los miembros del hotel donde me hospedo me deseaban ¨Many many happy returns of the day, may your life be full of happiness!¨. Les pedí que quería compartir con ellos ese presente, y quedamos para las 5 de la tarde. 

Quise que este día fuese para pasarlo en paz, sin máquina de fotos, sin tiempos, sin obligaciones. Hacer Kora (para los budistas tibetanos significa hacer un peregrinaje en sentido horario alrededor de los sitios u objetos sagrados, rezando, meditando y repitiendo mantras, con el ¨mala¨ en mano (especie de rosario con 108 cuentas)) por las calles y templos de Lhasa, siguiendo a los locales e intentando sentir dejándome llevar por la energía de su gente, de sus sitios sagrados, coloridos y llenos de pura luz. Un día de sol intenso que quema y brilla en el cielo despejado y azul.

Al regresar al hotel, me esperaba un grupo de sonrientes locales, algunos tímidos, otros más espontáneos. En el jardín, 4 ingleses, una pareja y su hija que viajan por el mundo como yo, que la noche anterior sin conocerme me invitaron a cenar en su mesa. Al otro lado, 5 chinos jugando cartas y fumando. Nunca me ha costado poner una sonrisa y conseguir formar grupos donde sólo hay extraños, y como este era mi momento, para este leonino fue absolutamente natural transformar el mismo en una fiestita de cumpleaños!. Me cantaron en tibetano, en inglés, en mandarín. Siguiendo la tradición tibetana, me pusieron uno a uno un Khatak en el cuello que luego algunos anudaron diciendo Tashi Delek (buena suerte). Esta bufanda de seda blanca se utiliza en momentos especiales (bienvenidas, ceremonias, nacimientos, aniversarios, etc) y simboliza el puro corazón de quien lo entrega, buena suerte y fortuna. Gorrito chino que no pude impedir y fotos, obviamente a los chinos les encanta, y con la ayuda de mi amiguita inglesa que me obsequió una carta ¨Dama de corazones¨, soplamos velas!. 

 

 

 

  

Por la tarde y luego de tan espontáneo y feliz festejo, recibí emails, mensajes y llamados de mi querida familia y amigos. 

Por la noche, ya tarde, decidí que un cumpleaños no podía acabar con una dieta de manzana y pan, así que me fui al restaurante Namasté, de cocina nepalí, india y local. Estaban cerrando la cocina, eran las 22 hs, pero con una sonrisa fácilmente conseguí que me asignaran una mesa. Egg curry, nan, spinach sautée y Lhasa beer!. No pasaron tres minutos que tenía sentados en mi mesa a dos jóvenes tibetanos que trabajan en el restaurante, ávidos de hablar inglés y comunicarse espontáneamente con este extranjero. Luego de las clásicas preguntas introductorias ¨where are you from¨, ¨what is your name¨, ¨where are you staying¨, el diálogo se transformó en una conversación de amigos de siempre, risas, experiencias, sinceridades. Al acabar de cenar, un trozo de tarta de chocolate con velas de los cuatro colores de las banderas tibetanas, un nuevo Khatak, y el resto del personal del restaurante a mi alrededor cantando nuevamente el HB local.  

Decidí quedarme y hacer compañía a todo el personal en su cena, los típicos tibetan noodles con carne de yak y vegetales, acompañados de más risas y muchas preguntas.

Ya tarde regresé caminando al hotel con mi Khatak blanco al cuello, recibiendo sonrisas y Tashi Delek de los pocos transeúntes que quedaban. Evidentemente reconocían a un extranjero que por algún motivo había sido localmente agasajado.

¿Qué más puedo pedir para este aniversario?. Fueron muchas las emociones que conseguí vivir intensamente; inmensos regalos de cariño y sonrisas de extraños que consiguieron hacerme sentir en casa aún del otro lado del mundo. Mensajes y charla con mi familia y amigos de varios continentes que me dieron todo el cariño y amor que nos une. Un día de cumpleaños que difícilmente jamás podré olvidar.

 

LHASA, días de ciudad

Los días que siguieron a mi aniversario los pasé en Lhasa, aprovechando la oportunidad para aclimatarme a la altura como debe ser, de a poco. Lhasa está a 3640 mts y en los próximos días camino al Monte Kailash pasaré varias veces por pasos de más de 5000 mts. Una vez en el Kailash, donde haré un trecking de 3 días, la altura asciende a más de 5500 mts y eso tendré que hacerlo caminando, con mochila en la espalda, y vaya saber como se porta el tiempo. Así que me tomo muy en serio el tema de la adaptación a la altura; de hecho cada día que pasa me siento más normal al respirar, me falta menos el aire. Sin embargo, cualquier esfuerzo físico brusco, me recuerda que no estoy al nivel del mar!.

He caminado bastante para conocer esta ciudad emblemática. Lhasa es una ciudad pequeña de menos de 600.000 habitantes, donde hoy el 50% son tibetanos y el resto chinos, 95% han y el resto hui (musulmanes). Una ciudad rodeada de montañas que en esta época del año están bastante verdes, algunas rocosas, otras con los picos aún nevados. Estamos en pleno verano, así que las temperaturas diurnas son bastante agradables si hay sol, frescas si está nublado. Felizmente el sol brilla todos los días y quema mucho; el cielo está super azul y se percibe una claridad increible. Los colores se ven intensos y el aire huele a aire puro, da la sensación que no hay contaminación ni polución. 

La ciudad es una mezcla de culturas, de gente, de razas, de idiomas, de todo. Desde las hermosas construcciones tibetanas que aún van quedando, paredes blancas y ventanas de colores, muchos colores, madera, a las nuevas y espantosas construcciones chinas todas idénticas, frías, que intentan ir dominando la ciudad y espandiéndola hacia fuera y hacia arriba. Afortunadamente aún son pocos los edificios altísimos que se han construído como lo hacen en todas las ciudades del país; me han contado que el centro de Lhasa está construído sobre un lago y por ello no pueden escavar para poner muchos cimientos. 

  

    

La gente en el barrio tibetano del centro de la ciudad, la zona del Templo de Jockart y Barkhor St, me hacen sentir en una tierra de inmensa fé y devoción. Los tibetanos son increiblemente religiosos; rezan realizando Kora caminando alrededor de los principales templos, monasterios, incluso de la misma ciudad. Hay varios circuitos de Kora a los que asisten diariamente por la mañana temprano y por la tarde, tibetanos de todas las edades con sus vestimentas clásicas, sus malas (rosarios) y sus ¨mane¨ (especie de ruedas que contienen mantras y textos sagrados que utilizan para rezar, haciéndolas girar en sentido horario, a la vez que repiten sus mantras, el clásico OM MANI PEDME UM). Es increible ver a la gente de mayor edad, curtidos por el sol de una vida, encorvados, con sus pocos dientes, fieles a sus rezos y prostraciones (arrodillarse y acostarse en el suelo con las manos unidas en señal de adoración) frente a los sitios sagrados.

    

En esta época del año está repleto de turistas chinos (el 99,9%, el otro 0,1 los pocos ¨aliens¨ que nos dejan visitar con inmensas restricciones esta tierra). Vestidos como para el polo aún con calor, muchos de ellos tapados con tapabocas y pañuelos para evitar el sol, no paran de sacar fotos de todo lo que ven, que obviamente les resulta diferente y extraño. Y hasta irrespetuosamente!. 

  

Poco quiero escribir aquí sobre lo que veo y especialmente siento. Me duele, me da rabia, me cuesta entender el pasado, más el presente y me entristece el futuro que le espera a esta cultura. 

Los tibetanos son simpáticos, sonríen con un gesto de cariño y ternura, hoy mezclado con miedo y más. 

 

 

  

Llegó mi compañera de viaje Doris, quien me acompañará en el resto de la jornada tibetana y compartiremos nuestro guía y chófer hasta que nos dejen en la frontera con Nepal el día 18. Una ¨world traveler¨ que ya hoy me alegra tenerla como compañera en una viaje tan especial. 

  

Visitamos el Palacio Potala, el que supo ser la residenia de los Dalai Lama y sede del gobierno. Hoy es simplemente un museo que se visita parcialmente. Visitamos el Templo Jokang, uno del los principales en el budismo tibetano. 

   

    

Salimos de la ciudad y visitamos dos monasterios en las montañas, Gan Dan y Drak Yerpa en los que cada día hay menos monjes. Igualmente espectaculares, aún cuando han sido destruídos durante la Revolución Cultural y hoy reconstruidos. Para llegar a los monasterios hacemos largas caminatas y disfruto de unas vistas increibles, en una naturaleza que habla de paz y sosiego, de meditación y grandeza. En uno de ellos, y enclavados en la roca de la montaña, me encuentro con un monje de 77 años que ha pasado sus últimos 34 años alli, meditando, casi en solitario, y obviamente, su vida entera viviendo como monje en otros monasterios. Le pregunto con respeto a través de mi guía cuales son sus palabras para alguien que ha vivido una vida tan diferente a la suya. Responde que debemos separar la mente del alma, y que durante las meditaciones y rezos no debemos dejar que nos invada. Agrega que debemos aprender a compartir con los demás, y siempre ayudar a quienes nos rodean. 

 

  

  

  

El último día en Lhasa, y coincidiendo con el Shotun Festival, visitamos otros dos monasterios y lo que fue el palacio de verano del Dalai Lama. Este festival que reúne a miles y miles de tibetanos de Lhasa y de la región, es un acto más de devoción y ofrenda a Buda. En los monasterios de Drepung y Sera, despliegan inmensos Thangka de colores sobre la montaña (pinturas tradicionales tibetanas). Junto con los locales, y en impresionante muchedumbre, caminamos hasta los thangkas acompañando a los tibetanos que se acercan a orar y llevar ofrendas. 

  

 

  

En el palacio de verano, asistimos a danzas y ópera tradicionales tibetanos, rodeados de colores y ánimo de fiesta que se extenderá durante 7 días, y a la que asisten y se reúnen en familia, algunos de ellos acampando por días. 

 

Todo se vive con tranquilidad, siempre con constantes e increibles controles por parte de la fuerza del orden que se hace sentir y no escatima recursos para mostrar su dominancia y presencia. 

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P.E.:  Interesante contar como los tibetanos una vez que fallecen y abandonan el cuerpo, creen en la reencarnación. Para ello los familiares del difunto de muerte natural, llevan el cuerpo a una especie de ¨carnicero humano¨ que se encarga de cortar el cuerpo en trozos y lo entrega nuevamente a sus familiares. Estos llevarán los restos a un Sky Burial (cementerio del cielo), generalmente en la cima de una montaña, donde depositarán los mismos para que los pájaros los ¨lleven al cielo¨, y así puedan ir al Nirvana. En el caso que se den muchas muertes juntas, como los pájaros no podrán llevarse tanta carne, arrojarán los restos a los ríos para que los coman los peces. Es por ello que en la dieta tibetana no se come casi pescado. El oficio de cortar los cuerpos, se transmite de generación en generación, es algo que se lleva en la sangre de padre a hijo, que desde chico aprende el oficio.

Esto parece mórbido, pero es real. También me han dicho que hay sitios donde lo han prohibido, aunque dudo que puedan prohibir una tradición tan culturalmente arraigada a las creencias religiosas.

13 comentarios en “Tibet TAR (Tibetan Autonomic Region) – Lhasa

  1. Muy bueno Juan! Terrible experiencia…en todos los sentidos…Seguí disfrutando.
    Te mando un beso y el deseo que empieces muy bien este «especial» cumpleaños!

  2. Amigo adorado que alucinante, a pesar de la descripción del estado de los baños!! Jajaja te imagino y muero de risa! Amigo mañana te llamo. Te quiero mucho mucho! FELIZ CUMPLE!

  3. Querido Juancho, que experiencia inusitada e inimaginable por lo menos para mi!!!
    Pienso lo que cuentas y veo lo lejano que estoy de todo eso.
    Pienso también lo que significa para ti pasar por todas esas vicisitudes que comentas más allá de los panoramas que describes pues estas viviendo algo que es muy difícil de comprender para un occidental y que tu experimentas seguramente debiendo estar muy dispuesto y abierto para ello.
    Tendría mucho más para comentarte sobre todo lo que me haces sentir con tus descripciones tan detalladas que me sumergen en ellas y te veo y veo los paisajes y los colores y la basura, la falta de higiene, los olores, en fin la VIDA allí compartiendo todo eso contigo.
    Bueno, te estoy escribiendo a las 11 de la noche del 1 de agosto de aquí. Para ti ya estas en el día de tus 43. Hemos intentado llamarte por skype y al celular de España y te he dejado mensajes. Feliz, muy feliz cumple.te llamaremos mañana como arreglamos.
    Besos, te queremos mucho.
    PAPA

  4. Feliz Cumple Juancito!!! Me han encantado los «como si nada»……….Abrazo fuerte desde Madrid ..bueno muy fuerte no que te parto a la mitad.. te esperamos, como si nada…Besotes Claudio

  5. Happy birthday to you,
    Happy birthday to you,
    Happy birthday dear Juancho,
    Happy birthday to you!
    Love and kisses.Thank you for the post cards. They are displayed on my fridge 🙂 I am happy for you….enjoy this journey, safely. Miss you, with all my love, Marjie. Oh! I just found a letter I had written to you on June 26, 1989 after your going away party. Next time I see you I will bring it!

  6. JAYA!!!
    Festa de aniversário no Tibet… Só você mesmo kkkkkkk… Que presente maravilhoso… Você é mesmo um Ser abençoado… OM OM OM!!! Bjs. Txai!!! OM Shanti!!!

  7. Mi querido Juancho, descubro tarde pero a tiempo este magnífico recurso. Te escucho al leerte, te siento cerca. Y me río mucho con tus comentarios…
    Salud

    • Querido Amigo, es exactamente para ello que dedico tiempo aún cuando la pereza me invade!. Intento poner la sinceridad de mis sentimientos que, para quienes bien me conocen, podrán fácilmente imaginarme en situaciones divertidas!. Espero me sigas más!. abrazos, y cuenta del barco!!!.

  8. Hola Juancho, yo me he acordado un poco tarde de tu cumple, pero bueno más vale tarde que nunca, me alegra saber que aunque estés lejos de familia y amigos lo pasaste bien.
    Sabes?, hubiera pagado por ver como le pediste al chino que dejara los zapatos fuera, jajaja, me lo puedo imaginar.
    Me encanta leerte y sobre todo saber lo bien que te lo estas pasando, estoy segura que esta experiencia va a ser muy importante en tu vida, me sigues dando mucha envidia, sigue disfrutando y aprendiendo, sigue mirando para poder contarlo. Te quiero

  9. Veo que tienes nuevos amigos!!!!
    Eres parecido con nuestro querido Mauricio. A él siempre le interesó mucho la cultura, la religión y el pensamiento de los demás. Besos!

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