Mi viaje por Japón

Mi ruta.

Estuve 21 días aprovechando visitar localidades fuera de Tokyo. En tren de un sitio al otro, utilizando un pase especial comprado en el exterior a mejor precio y definido especialmente para vistantes, pude recorrer el país del centro al centro sur, y luego al norte. Regiones llamadas Kansai y Hokkaido fueron mis opciones.

Estas fueron las ciudades y los sitios que visité (en este orden):

 

Tokyo – Kyoto – Koyasan – Nara – Osaka – Kanazawa – Akita – Aomori – Hakodate – Sapporo – Asahikawa – Daisetsuzan Park – Wakanai – Rebun to –  (y de regreso: Sapporo – Hakodate – Tokyo).

 

En cada sitio viví y descubrí lo mejor!. Me propuse probar todo lo que encontrase interesante, y lo que no. 

– Visité las ciudades principales del centro-norte de Japón, Kyoto, Osaka, Sapporo, pruebas de una sociedad que crece y se expresa con su arquitectura super moderna y su vida artística, cultural y de la moda. Al mismo tiempo, tradiciones y templos y altares que hablan de una cultura sabia y fiel.

 

– Visité y me hospedé en sitios típicos como los Ryokan: casas de huéspedes que existían antes que los hoteles de hoy, donde se duerme en cuartos separados por paredes de papel, en el piso sobre colchonetas sobre las esteras de tatami, y en baños comunes por sexo, todos desnudos como si fuese una sauna, siguiendo un ritual milenario en piscinas de aguas hirviendo.

 

 

 

– Me hospedé en monasterios budistas como Koyasan, donde se congregan los principales monasterios busditas de Japón. Allí con Raúl vivimos la experiencia intensiva con los monjes y sus hábitos religiosos y culinarios, apreciando jardines llenos de detalles y significado religioso y espiritual.

– Estuve en el norte en los famosos Onsen, que son baños termales de aguas subterráneas, con piscinas hirviendo también por sexos. Es una tradición de los japoneses tomar baño público, ya sea previo a los Onsen (termas), o los llamados Sento (baños de ciudad). Cada sexo tiene su baño, que tiene sus duchas y piscinas calientes. Primero debes desnudarte, dejar tu ropa en un locker y seguir hacia la zona de baño. Frente a todos, te sientas frente a esas duchas, y te bañas durante el tiempo que quieras, sentado (con tu vecino haciendo lo mismo a menos de 1 metro de distancia). Luego de limpio, te metes en las distintas piscinas o bañeras de aguas tibias, calientes o hrviendo, y entras y sales las veces que te apetezca. Puedes combinarlo con saunas y descanso en bancos o reposeras al aire libre (en pleno frío!). Luego te secas, te afeitas si quieres, te vistes y te vas. Hombres y mujeres por separado, todos en Japón respetan esta tradición que se lleva de generación en generación. 

 

– Visité parques naturales de los más importantes de Japón, y tuve la posibilidad de ver volcanes activos en ambientes naturales y primaverales espectaculares.  

– Comí todo tipo de pescados crudos y algunos cocinados, partes y subpartes de los animales de mar que mejor no preguntar!.

– Fui hasta la isla más al norte de Japón llamada Rebun, cerca de Korsakov (Rusia), donde admiré una cultura local y natural espectacular, vida de isleños y Japón profundo.

– Medité en templos budistas que me dejaron absolutamente impresionado por sus energías y su magnificencia. Coonocí decenas de templos, monasterios, altares y lugares sagrados para el budismo japonés. 

 

 

 

 

 

 

  

– Conocí la costa oeste, poco famosa entre turistas, pero bellísima y tradicional.

– Utilicé todos los medios automáticos habidos y por haber, desde los tickets machines en las estaciones hasta los bidet electrónicos con música, agua caliente y asiento calefaccionado.

Luego regresé a Tokyo para un intensivo de despedida de 8 días para culminar mi viaje con ya cierto conocimiento cultural, no menos importante, y de idioma (bueno, algunas expresiones y salidas de aprietos!!). Vi unos museos de arte contemporáneo japonés muy interesantes, y leí bastante sobre el movimiento Kawai (arte basado en el mangá y animation japonés -quien se interese por esto me pregunta que los japoneses son los creadores de esta cultura que hoy arrastra millones por el mundo -), el proyecto Kaikai Kiki de Takashi Murakami y demás artistas, las obras de Yoshitomo Nara, y los eventos de Gesai (Art Fairs basadas en presentaciones de artistas japoneses, tipo Art Basel Miami). 

Ahh!!. Como es típico aquí y pasión en los japoneses, me metí en un karaoke y acabé cantando con un grupo de japoneses borrachos que intentaban decirme que yo cantaba fantásticamente… eso entendí, yo también tenía unas cervecitas encima!. 

Además, conocí personas interesantes que de una u otra forma me mostraron su país, su cultura y principalmente me mostraron como es un japonés. 

Pero todo esto se resume en lo que comentaba en el blog anterior, en un vibrar intenso en una cultura que no dejó de sorprenderme, de enseñarme, en la que siempre me sentí libre y seguro, bien acogido, y a la que aliento a todos a conocer mejor. Así como creo que los japoneses precisan conocer nuestra cultura latina, más espontánea, no tan rígida, y dejarse llevar por lo que sienten y menos por las normas, nosotros también precisamos aprender mucho de sus valores, de la forma que respetan al otro y a la naturaleza.

Comparto algunas de las cientos de fotos que me llamaron la atención en todo este recorrido!. 

Arigató Gozaimassssssss!!!!!!. 

 

3 comentarios en “Mi viaje por Japón

  1. Amigo, que viaje alucinante!!!!!!!! y con excelente descripcion…. es mas me vi cantando en el karaoke contigo!!! jeje
    Te extrañamos mucho por aca!
    Espero verte pronto!

    TQM
    marce

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