Japón – Isla de Okinawa

Decidí conocer la parte sur de Japón y aprovechar de una buena temperatura para ver colores azules y turquesas del Océano Pacífico. En esta época del año ya comienzan los fríos y Tokyo fue el mejor ejemplo de una primer semana en Japón donde tuve que salir a comprar abrigo. Una experiencia que no tenía desde los frescos y algo fríos días de verano del Tibet, donde por causas obvias de la altura, aún en pleno verano hay que abrigarse. El resto del viaje fue todo verano y manga corta. 

Entendí que esta época del año sería buena para visitar el archipiélago de Ryukyu, al sur de Japón, algunas de sus islas cerca de Filipinas y otras de Taiwan. Escogí Okinawa, su isla principal y capital ryukense. Para llegar a Okinawa, a su capital Naha, hay que tomar un vuelo de 3 horas y media desde Tokyo. Casualmente el día que dejé Camboya con destino a Japón, coincidió con el peor desastre del tifón en Filipinas. La verdad que sólo me enteré de los fuertes vientos que se sintieron también en Camboya, pero no imaginé que eso era el indicativo de tan importante catástrofe. 

Los planes en Okinawa eran de bucear en aguas del Pacífico, aprovechar las vistas increibles de las islas y aprender de una nueva subcultura japonesa, la cultura Ryukyu, en todas sus tradiciones y constumbres. Me gustó la idea de saber que ya había viajado hasta el extremo norte del país, hasta la isla de Rebun-to en Hokaido, y ahora conquistaría una parte del extremo sur del país. Dos subculturas totalmente diferentes, ambas con sus particularidades claramente opuestas por razones climáticas (Hokaido al norte, frío y nieve; Okinawa al sur, calor y playa). Ambas con una historia propia.

 

El Reino de Ryukyu. Brevísima historia.

Reino independiente que gobernó la mayoría de las Islas Ryūkyū (al sur de Japón) desde el siglo XIV al siglo XIX. Los reyes ryukyuenses unificaron la Isla de Okinawa y extendieron el reino a las Islas Amami e Islas Yaeyama junto a Taiwán. A pesar de su pequeño tamaño, el reino jugó un papel central en las redes de comercio marítimo del este y del sureste de Asia en la época medieval. 

Por cerca de 200 años, el reino Ryūkyū figuraría como elemento clave en el comercio marítimo con Asia Suroriental y Oriental, con cierta independencia pero muy vinculados a la Dinastía Ming china. 

Tras la revolución Meiji, el Gobierno meiji japonés abolió el reino Ryūkyū, anexionando oficialmente las islas a Japón como la prefectura de Okinawa el 11 de marzo de 1879. El rey Shō Tai, el último rey ryukyuense, se mudó a Tokyo y fue investido Marqués como otros muchos aristócratas japoneses.

Además de esta increible historia de comerciantes, esta parte del archipiélago jugó un rol clave en la Segunda Guerra Mundial, donde fueron ocupadas por los americanos y transformadas en base estratégica para la lucha contra los japoneses. Finalizada la guerra en 1945, el archipiélago fue administrado por los Estados Unidos. Las islas del grupo Amami fueron devueltas al Japón en 1953 y son parte de la prefectura de Kagoshima. El resto del archipiélago, a excepción de la isla de Okinawa, fue entregado en 1967. Okinawa volvería a soberanía japonesa solo en 1972.

Hoy viven en Okinawa más de 100.000 americanos y ocupan más de dieciseis bases militares. 

Aprendí baastante en una semana de viaje tranquilo y con pocos turistas; aproveché a bucear y admirar fauna y flora marina, con un poco de frío bajo el agua (precisé usar trajes de neopreno de 5 mm) pero con clima cálido. 

Los locales son grandes pescadores y esto se refleja en las comidas típicas repletas de mariscos. Sin embargo, es fundamental en la dieta local el cerdo. 

Atardeceres y amaneceres sobre aguas oceánicas tranquilas y otras bravías. Playas ya desérticas por el ¨invierno¨ que invitan a relajarse y disfrutar de vistas y sonidos marinos que para quienes amamos el mar, nos dejan extasiados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sea Aquarium frente al mar, doblemente fabuloso. 

 

 

 

 

 

 

 

Japón – Welcome back!. Tokyo

Han sido varios los momentos en este viaje en los que me he quedado imaginando donde exactamente me encuentro en el mapa del mundo. Una especie de google maps mental en el que imagino el mundo y de a poco me voy acercando al sitio donde estoy. Es un ejercicio que me gusta bastante y que no es la primera vez que lo hago. Me ayuda a comprender mis conquistas y a ser consciente de mis desplazamientos, hoy en Asia, otras veces por el mundo. Me ayuda a fantasear sobre los sitios que me gustaría conocer y cubrir en esta especie de viaje por la vida y por el mundo. Me ayuda a darme cuenta de las distancias físicas con mis seres queridos, en uno y otro país, en uno y otro hemisferio.

Durante uno de estos google maps mentales percibí que realmente estaba lejos de mis continentes habituales y de mis sitios de arraigo. Sin embargo, también me dio la impresión que estoy siempre cerca de todos los sitios que quiero estar y que esa idea de lejanía era falsa. De hecho nunca la he sentido!. 

Cuando pensé en todos los sitios que había visitado y me pregunté a cual de ellos le haría sin duda una segunda visita, rápidamente pensé en Japón. La excusa de la cercanía no tardó en alentar la fantasía de un regreso y Camboya era la excusa perfecta para acortar las dos semanas de estancia mínima que he querido dedicar a cada uno de los países del Asean. 

Japón ha sido realmente deslumbrante y acogedor durante el mes que pasé allí, por lo que entendí que fácilmente conseguiría repetir ese sentimiento conociendo el sur del país y sin lugar a dudas, repetir la maravillosa capital. Así que le dediqué nuevos 15 días!. 

De Tokyo podría continuar escribiendo como lo he hecho en los blogs pasados. Pero en este simplemente me gustaría compartir algunas fotos y reforzar ese sentimiento de confort y aprendizaje que me llevo de la cultura nipona. Sin duda me resultó mucho más fácil moverme y optar por los sitios que me habían quedado pendientes, y mucho más fácil me resultó comprender a los locales y relacionarme con ellos. Es verdad que se trata de una cultura llena de normas y procesos, muchas veces muy rígidos y estrictos, que llegan a frustrar a cualquier latino. Y sí, por más conocimiento y experiencia, pasé por esa frustración un par de veces. Pero más que por las normas que no consiguen eludir, por el simple hecho de ser consciente que dicha frustración provino del propio sentimiento del japonés de no querer defraudar al otro, en este caso, a mí mismo. 

 

 

 

 

 

 

Visitamos uno de los criadores más famosos del  mundo de la raza canina Akita Inu. El canil Shirai al suroeste de Tokyo, donde conocimos a los exportadores de los mejores ejemplares que van hacia Europa y América, y de donde salió el abuelo de Anja. 

 

Celso y Mr. Shirai

 

Deleites y pruebas gastronómicas!.

Con mi amigo Shige

 

 

 

 

 

 

Fotos de Japón (de Kyoto a Aomori)

Aquí compartiré fotos de los varios sitios que visité. Muchas de ellas quizás consiguen expresar en parte lo que intenté escribir en los previos blogs de Japón. Espero que sí, muchas veces una imagen vale más que muchas palabras!. 

 

KYOTO

 

KOYASAN 

Ciudad que concentra la mayor cantidad de templos y monasterios budistas del Japón, en un enclave de montaña cercano a Tokyo. 

Nos hospedamos en un monasterio y compartimos con los monjes sus meditaciones y cantos. Vida de ryokan, baño compartido, comida tradicional, austeridad en un enclave maravilloso y minuciosamente arreglado.

En Koyosan se encuentra un cementerio donde muchos japoneses quieren ser enterrados, cerca de la única persona también enterrada ahí, un maestro, que sabrá como interpretar las palabras de Buddha cuando regrese. 

En Koyosan nos separamos con Raúl, uno siguió para un lado, otro para el otro!. Costó para mí y mucho, pero era lo que tocaba. Era el comienzo de una nueva fase del viaje. 

 

 

 

 

 

 

NARA

Ciudad que llegó a ser capital política y religiosa de Japón, hoy alberga muchos templos de aquel entonces, ya que nunca fue destruída por la guerra. Jardines y templos. 

 

 

OSAKA


Una de las principales ciudades de Japón, totalmente destruída en la guerra mundial, hoy ciudad de edificios modernos y neones. Los restaurantes y comercios como en toda gran ciudad de Japón, son en edificios y cada piso es un comercio diferente. Todo es en vertical en altura, y en ascensor. Shopping inmensos, interminables, un al lado del otro. 

Las grandes ciudades se construyen hacia arriba, pero también hacia abajo, y con pisos y pisos subterráneos, Las estaciones de trenes y metro, son interminables hormigueros de gente y pasillos, comercios y servicios que parecen nunca acabar.

Por suerte los japoneses son los reyes de la señalización, la información y hasta el ecceso de detalles. Tienen material ilustrativo de TODO, y en varias versiones!!!. Para ir a cada lugar, recomiendo que antes de salir, tener claro cual es la salida de la estación más cercana al destino, porque puede haber más de 20 salidas!.

Juventud y tradición, vida nocturna y gran actividad financiera.

Rival de Tokyo, llamada por estos de japoneses ¨latinos¨!.

Experimenté un servicio de corte de pelo como jamás lo había hecho. Caro, claro está, pero dentro de los parámetros locales. Al llegar, como no hablaban inglés, me entregaron rápidamente un cartel diciendo que no podían darme el servicio porque no hablaban más que japonés. Parece que es habitual este problema, porque era un cartel ya preparado!!. Pero, previendo y ya un poco experiente, salí de mi hoel con mi propio papel escrito en japonés por la recepcionista. En el mismo decía: ¨quiero que me corten el pelo corto y más corto por los lados y nuca. Les mostraré una foto en el celular de como lo quiero. Por favor muéstreme alguna revista con fotos de otros cortes similares, ya que me gustaría innovar con algún tipo de corte más local¨. Dicho y hecho!!!. Sonrisa va sonrisa viene, no esperaban mi contraresto!. El corte fue acompañado de masajes, té, relax y música todo a mi elección!. 

No pensaba ir, y acabé encantado!. 

 

  

 

KANAZAWA 

Ciudad milenaria de templos y jardines, palacios y tradiciones. 

Históricamente ciudad de Geishas, mujeres educadas especialmente y de forma muy estricta para entretener a los hombres, con uegos, música, comida, risas, sin sexo. En el momento que se enamoran automáticamente dejan de ser Geishas. No pueden tener sentimientos amorosos y compromisos con ningún hombre.

  

  

  

COSTA OESTE DE JAPÓN (mar de Japón)


Decidí viajar hacia el norte, a buscar un poco de sosiego de las grandes ciudades y el Japón milenario. Opté por recorrer la costa oeste en tren hacia la ciudad de Aomori, desde donde dejaría la isla principal del archipiélago para ir hacia Hokaido. Isla al norte, tradicionalmente habitada por Ainus, los indígenas locales, hoy casi inexistentes (desplazados y tratados por los mismos japoneses como marginados. Hoy ya respetados y con sus derechos, sólo que como en todos sitios, casi ni se ven…). 

En el camino al norte, tierras de montañas y plantaciones de arroz, costa bellísima, parques nacionales y poco más!. Belleza visual!. 

 

  

  

  

  


Mi viaje por Japón

Mi ruta.

Estuve 21 días aprovechando visitar localidades fuera de Tokyo. En tren de un sitio al otro, utilizando un pase especial comprado en el exterior a mejor precio y definido especialmente para vistantes, pude recorrer el país del centro al centro sur, y luego al norte. Regiones llamadas Kansai y Hokkaido fueron mis opciones.

Estas fueron las ciudades y los sitios que visité (en este orden):

 

Tokyo – Kyoto – Koyasan – Nara – Osaka – Kanazawa – Akita – Aomori – Hakodate – Sapporo – Asahikawa – Daisetsuzan Park – Wakanai – Rebun to –  (y de regreso: Sapporo – Hakodate – Tokyo).

 

En cada sitio viví y descubrí lo mejor!. Me propuse probar todo lo que encontrase interesante, y lo que no. 

– Visité las ciudades principales del centro-norte de Japón, Kyoto, Osaka, Sapporo, pruebas de una sociedad que crece y se expresa con su arquitectura super moderna y su vida artística, cultural y de la moda. Al mismo tiempo, tradiciones y templos y altares que hablan de una cultura sabia y fiel.

 

– Visité y me hospedé en sitios típicos como los Ryokan: casas de huéspedes que existían antes que los hoteles de hoy, donde se duerme en cuartos separados por paredes de papel, en el piso sobre colchonetas sobre las esteras de tatami, y en baños comunes por sexo, todos desnudos como si fuese una sauna, siguiendo un ritual milenario en piscinas de aguas hirviendo.

 

 

 

– Me hospedé en monasterios budistas como Koyasan, donde se congregan los principales monasterios busditas de Japón. Allí con Raúl vivimos la experiencia intensiva con los monjes y sus hábitos religiosos y culinarios, apreciando jardines llenos de detalles y significado religioso y espiritual.

– Estuve en el norte en los famosos Onsen, que son baños termales de aguas subterráneas, con piscinas hirviendo también por sexos. Es una tradición de los japoneses tomar baño público, ya sea previo a los Onsen (termas), o los llamados Sento (baños de ciudad). Cada sexo tiene su baño, que tiene sus duchas y piscinas calientes. Primero debes desnudarte, dejar tu ropa en un locker y seguir hacia la zona de baño. Frente a todos, te sientas frente a esas duchas, y te bañas durante el tiempo que quieras, sentado (con tu vecino haciendo lo mismo a menos de 1 metro de distancia). Luego de limpio, te metes en las distintas piscinas o bañeras de aguas tibias, calientes o hrviendo, y entras y sales las veces que te apetezca. Puedes combinarlo con saunas y descanso en bancos o reposeras al aire libre (en pleno frío!). Luego te secas, te afeitas si quieres, te vistes y te vas. Hombres y mujeres por separado, todos en Japón respetan esta tradición que se lleva de generación en generación. 

 

– Visité parques naturales de los más importantes de Japón, y tuve la posibilidad de ver volcanes activos en ambientes naturales y primaverales espectaculares.  

– Comí todo tipo de pescados crudos y algunos cocinados, partes y subpartes de los animales de mar que mejor no preguntar!.

– Fui hasta la isla más al norte de Japón llamada Rebun, cerca de Korsakov (Rusia), donde admiré una cultura local y natural espectacular, vida de isleños y Japón profundo.

– Medité en templos budistas que me dejaron absolutamente impresionado por sus energías y su magnificencia. Coonocí decenas de templos, monasterios, altares y lugares sagrados para el budismo japonés. 

 

 

 

 

 

 

  

– Conocí la costa oeste, poco famosa entre turistas, pero bellísima y tradicional.

– Utilicé todos los medios automáticos habidos y por haber, desde los tickets machines en las estaciones hasta los bidet electrónicos con música, agua caliente y asiento calefaccionado.

Luego regresé a Tokyo para un intensivo de despedida de 8 días para culminar mi viaje con ya cierto conocimiento cultural, no menos importante, y de idioma (bueno, algunas expresiones y salidas de aprietos!!). Vi unos museos de arte contemporáneo japonés muy interesantes, y leí bastante sobre el movimiento Kawai (arte basado en el mangá y animation japonés -quien se interese por esto me pregunta que los japoneses son los creadores de esta cultura que hoy arrastra millones por el mundo -), el proyecto Kaikai Kiki de Takashi Murakami y demás artistas, las obras de Yoshitomo Nara, y los eventos de Gesai (Art Fairs basadas en presentaciones de artistas japoneses, tipo Art Basel Miami). 

Ahh!!. Como es típico aquí y pasión en los japoneses, me metí en un karaoke y acabé cantando con un grupo de japoneses borrachos que intentaban decirme que yo cantaba fantásticamente… eso entendí, yo también tenía unas cervecitas encima!. 

Además, conocí personas interesantes que de una u otra forma me mostraron su país, su cultura y principalmente me mostraron como es un japonés. 

Pero todo esto se resume en lo que comentaba en el blog anterior, en un vibrar intenso en una cultura que no dejó de sorprenderme, de enseñarme, en la que siempre me sentí libre y seguro, bien acogido, y a la que aliento a todos a conocer mejor. Así como creo que los japoneses precisan conocer nuestra cultura latina, más espontánea, no tan rígida, y dejarse llevar por lo que sienten y menos por las normas, nosotros también precisamos aprender mucho de sus valores, de la forma que respetan al otro y a la naturaleza.

Comparto algunas de las cientos de fotos que me llamaron la atención en todo este recorrido!. 

Arigató Gozaimassssssss!!!!!!. 

 

Japanese food

Comida japonesa? Enseguida pensamos en sushi. Sí, pero sushi es sólo un tipo de las tantas comidas de este pueblo. 

La base en el pescado y en los frutos de mar, el cerdo, el arroz, el ramen (sopas de fideos noodles de varios tipos), los huevos, el tofu, los pickles, y una infinidad de alimentos que  aún luego incluso de probarlos, no tengo ni la menor idea que son!. Productos deshidratados, productos secos, otros fritos, ni idea!. 

Algunas fotos quizás puedan decir más que mis conocimientos!.

 

 

 

JP deslumbrante!

3 de julio 2013

Reconozco que estoy perdido… sí!. Pero perdido del blog, no perdido de mí!.  Hace más de 10 días que viajo solo por Japón, y cada día me encuentro mejor. Me gusta mucho lo que vivo y lo que aprendo, me atraen las experiencias que se presentan y la gente con la que me encuentro. Siento que es fácil viajar aún como extraño, especialmente en un país que se encuentra cerrado en sí mismo. 

Seguramente no consiga irme de Japón y echarle manos al blog!. Creo que es una señal de que estoy muy bien y que preciso poca terapia!. Me encantaría poder compartir aquí todo lo que he visto, vivido, experimentado y sentido. Pero seguramente sea muy difícil hacerlo. Pero intentaré al menos dejar un resumen de emociones y vivencias, intentaré dejar un itinerario de tantos sitios que acabaré visitando y conociendo. 

Pero sin duda, me llevaré siempre conmigo todo lo que no he podido o querido escribir por dedicarme a otras cosas, me lo llevaré con el mejor recuerdo de un viaje único en esta cultura milenaria que me ha emocionado tanto.

 

Para ubicarnos muy rápidamente…

Japón, cultura milenaria. 128 millones de personas y una de las primeras potencias del mundo. Un país que se encuentra a la vanguardia de la moda, del arte, de la ingeniería, la arquitectura, de los negocios, y de muchas cosas más. Principalmente budistas. Nunca colonizados por otro imperio ni país. Guerras perdidas, bombas atómicas, país devastado, tsunamis, terremotos, que quizás nunca acabarán. En medio del Pacific Ring, junto con Filipinas, en zona geográfica crítica donde la Madre Naturaleza está siempre nerviosa y lista para expresarse.

Pero qué es realmente Japón?. Es una país que deslumbra, que deja de boca abierta incluso a viajeros que hemos conocido y vivido en varios países del mundo. Todo funciona como está previsto; todo lo que dicen que será, es; todo compromiso se cumple, todo servicio se realiza. Increiblemente planificados y organizados. Un control y una oferta de la información que jamás había vivido. Hasta conocer Japón pensaba que los suizos eran los seres más organizados y cumplidores del mundo. Jajaja… Japón, desde mi opinión, los supera, y con creces!.

Me cuesta resumir todo lo que aprendo y experimento. Si tuviera que simplemente decir que siento y pienso de Japón y su gente en pocas palabras, pondría las siguientes:

– Ordenados

– Detallistas

– Limpios y pulcros

– Honestos

– Cumplidores

– Serviciales 

– Extremadamente respetuosos

– Trabajadores

– Amables

– Disciplinados

– Ahorradores

– Simples

– Solitarios

– Cerrados en su propia cultura

– Muy auto-contenidos

– Altamente autoexigentes

– Mucho miedo al fracaso

– Educados y aferrados a su cultura milenaria, a su educación 

– En búsqueda de un cambio social…

 

Recuerdo siempre a los japoneses que viajan fuera de su país en grupos, con sus vestimentas clásicas y hasta a nuestro parecer ridículas. Uno detrás del otro y siguiendo al guía. Muchas fotos, silenciosos aunque con caras de exclamación y asombro. Quizás sea ese el japonés que conocemos fuera de Japón, y sin duda es el real. Intentaré compartir porque.

…….

15 de julio de 2013

Hoy día 15, como varios otros 15, es un día que toca viajar!. Luego de 32 días viajando por Japón, dejo este país e intento volver a mi blog. Me ha costado escribir, aún en este momento me cuesta, y mucho. Quizás porque no sé cómo empezar, no sé como resumir, no sé como contar todo lo que he vivido y experimentado. Porque ha sido mucho, y muy intenso. Y porque he sido egoista con quienes gustan de seguirme!. Sorry, como dicen aquí, I´m very sorry!. 

El país y su cultura ciertamente me han llamado muchísimo la atención, y me han encantado. De verás, pienso que nunca estuve tan acertado en no viajar antes a Japón cuando sólo podía dedicarle unos pocos días. En este viaje, le he dado la prioridad y será el país que más tiempo visite. Sin embrago, será el blog más escueto y menos detallado. Y de nuevo, estoy contento de haberlo hecho así. 

Japón ha sido una isla quizás en el total de los países de mi viaje por Asia. Un país que como decía en párrafos anteriores, lo tiene todo y puede todo, materialmente hablando. Un país que se ha contruído y reconstruído luego de guerras y desastres naturales, de los cuales aún son conscientes de que pueden volver a tenerlos con consecuencias fatales. Una historia de emperadores, samurais y tradiciones milenarias, donde el trabajo duro, la disciplina y la cadena de mando siempre han estado presentes en el día a día y han forjado su cultura y forma de ser.

 

Qué me llama la atención de Japón?

Me gusta ver que todo esté limpio, sin un papel tirado, de hecho no hay recipientes para basura en la vía pública. Al principio no lo entendía, luego creo que lo conseguí!. La basura la llevan consigo hasta su casa, ocasionalmente podrán tirarla en algún tacho que encuentren en algún restaurante, pero nada va al suelo. Y luego, todo se recicla. No hay suciedad en las paredes de las vías públicas, no hay grafittis, no hay basureros, no hay ríos sucios. Todo tiene su lugar para la expresión, y sus impuestos, claro!. Nunca ví un camión de basura recogiendo desperdicios, y claro que los hay, pero los que ví, parecían más limpios que mi coche!. No sentí olor a podrido, ni a caño, y sin embargo comen muchas cosas bastante impresionantes y con el calor intenso del verano en las grandes ciudades creí que de eso no se librarían. Eso sí, me sorprendí con las bocas y la salud dental de muchos… y eso que comen principalmente pescado!. 

Todo es un orden y un detalle que impresiona. Dentro y fuera, los parques, los ríos, las pequeñas casitas, los edificios, los shoppings. Obsesivos por el detalle, por el producto perfecto, por la imagen ordenada. Aman el packaging!. Todo está envuelto minuciosamente. Cualquier producto tiene varios embalajes, aún unitariamente distribuídos. Compras algo en la tienda y sales siempre con bolsa, aún para un paquete de pastillas. Si compras comida, en cajitas delicadamente cerradas, embaladas, con sus accesorios para consumo (palitos, servilleta y toalla refrescante, condimentos, etc). Les encanta embalar todo, y como decía, luego cargan con su basura plástica!. 

Por las calles siempre te encuentras con gente de todas las edades y estilos con sus tapabocas. No son la mayoría, pero se dejan ver bien. Me pregunté muchas veces para qué lo llevaban. Jóvenes, adultos, niños, hombres y mujeres, todos sin distinción. Entiendo que se trata de un doble propósito, cuidarse de no contagiar o de no contagiarse. Una consciencia y educación que vuelve a sorprenderme. Incluso he visto grupos de muchachos bien jóvenes en bares y restaurantes con sus tapabocas, algunos sí y otros no, gente que jamás creería… En las esquinas de las calles no es infrecuente que te regalen paquetitos de pañuelos de papel. En los restaurantes, trenes, aviones, supermercados y almacenes, te ofrecen una toallita húmeda para que te limpies las manos. De hecho es difícil que usen muchas servilletas de papel; los pañuelos y las unitarias refrescantes son lo comun. Además de todo eso, los taxistas, los trabajadores en el tren, en los buses, usan guantes y blancos, y nunca los vi sucios!.

Además de lo aparente, lo mejor es lo que realmente comienzas a comprender cuando vas conviviendo y conociendo la cultura. Lo que hace a los japoneses lo que son, un pueblo con un respeto hacia el otro que la verdad nunca había visto ni sentido. Emociona sentirlo, emociona ver el comprometimiento que ponen en su servicio para asegurarse que tu estés bien y a gusto. Y entre ellos igual, quizás más aún. Si hay algo que no pueden darte, Sorry. Si dices que algo no te gusta, Sorry. Si el tren que precisas tomar no pasa por esa estación y te has equivocado, Sorry. Si no pueden darte lo que quieres, Sorry. Sorry, Sorry, Sorry, I´m very sorry. Todo es sorry, por todo piden disculpas, por todo tienen temor a defraudarte y que no estés satisfecho y feliz. Antes de venir a Japón había escuchado a Celso infinitas veces pidiendo perdón por cosas que ninguno pediría. Perdona por esto, lamento por esto otro, y así. Ahora comprendo un poco más de donde sale eso!!!. 

Y no solamente quieren que estés bien y contento, sino que no quieren errar, no quieren defraudarte. Muchas veces ni siquiera quieren hablarte para no errar porque no saben como expresarse o porque no saben con exactitud la respuesta a tu pregunta. Ese carácter latino nuestro es lo opuesto al japonés, en todo. La informalidad no existe, es más, es una ofensa.  

La amabilidad y la cortesía extrema no sólo se vive en los ryokanes (casas de huéspedes al estilo japonés) donde muchas veces es hasta excesiva. Reverencias, saludos en la puerta al llegar y al salir, despedidas en las que se quedan esperando hasta asegurarse que te has ido bien, servicio de atención en la comida con una ceremonia y unos procesos de delicadeza inimaginable, etc etc. LLama la atención, y luego hasta acaba siendo un poco ¨de más¨, al menos para mí, que en cada sitio que vas, sea que entres o que pases por la puerta, todo el personal desde dentro te dan la bienvenida con la palabra ¨Irashai masé!!¨ y luego no parar de decirte gracias ¨Arigató Gozaimas¨… desde el camarero, el del bar, el cocinero, TODOS!. En las tiendas, esto se vuelve excesivo por el volumen de sus gentilezas!. Lo que me ha costado entender es que los locales nunca responden con un gracias, o con una sonrisa. Están tan acostumbrados a este excesivo servicio, esperado ya, que me pareció hasta un poco de falta de respeto a quienes con un sonrisón y una amabilidad extrema los saluda y loc complace. La gente los ignora… y aún así, siguen y sigue con ese infinito buen humor y disposición. Bueno, y todo esto con la típica reverencia agachándose y cruzando las manos delicadamente.

Por la calle, y pese a su escaso inglés, intentan siempre ayudarte. Aunque deban parar su camino, aunque estén ocupados y corriendo. Siempre la atención y la amablidad son prioridad, y especialmente cuando se trata de un turista en busca de ayuda. Literalmente, se detienen de su actividad y se dedican a comprender tu necesidad, que vale decir que no siempre lo consiguen. Pero harán su mayor e inmenso esfuerzo por conseguir ayudarte, y hasta que no estén convencidos que estás en el buen camino, no te dejan. Te siguen, te acompañan al metro, usan su celular para llamar a alguien que habla inglés, para acceder al mapa, etc etc. Si es necesario te compran el billete de metro, y te dejan en la puerta del acceso. Todo con un gesto de cortesía y amabilidad no invasiva ni molesta. Yo me sentía demás confortable, y como siempre intento aproximarme con una sonrisa, eso ayuda y mucho!. Creo que existe un especial interés por los occidentales!. 

En uno de los tantos trenes que tomé en este viaje dejé olvidado mi celular. Un smartphone donde llevo todo, desde agenda, teléfono, cámara de fotos, archivos, etc etc. Al darme cuenta de tan inusual descuido y su consecuencia, entré en una especie de shock, que felizmente y para mi propia sorpresa, no duró más que escasos segundos!. Estaba en una ciudad, había dejado el celular en un tren que ya había partido hacia otra y allí mi teléfono. La gente del hotel, en seguida con sus escasos medios lingüísticos intentando ayudarme. Yo estaba en el norte de Japón, pocos turistas fuera de los locales, por lo tebto poco inglés. Diría que nada (esto llevará un buen párrafo explicativo). Entre dimes y diretes, marché a la estación y puse mi reclamo a las 21.30 hs. Me pidieron muchos datos, muchos detalles, y que regresara a las 23 hs. La verdad que siempre estuve tranquilo, estaba en Japón, y si en algún lugar del mundo la probabilidad de que apareciese era alta, allí era. A las 23 hs me informaron que habían encontrado el teléfono y que sería entregado al día siguiente a las 10.12 AM en ese mismo punto . Sí, 10.12 AM!!!. Pues así fue, llegó mi celular como corresponde, debidamente empaquetado y luego de varias preguntas para confirmar mi propiedad, me fue entregado. Sólo pensar si esto hubiese pasado en otro país, los nervios y la sonrisa del segundo posterior a mi casi parada cardíaca al darme cuenta de la falta, jamás hubiese existido. Creo que la honestidad y el temor a incurrir en algún problema los llevó a entregar mi aparato, sin siquiera dudarlo!. Qué formidable!. 

Creo que nunca me sentí mejor servido y atendido que en este país. Nunca una mala cara, jamás una subida de tono de voz, jamás una expresión de tensión. Cuando aprendemos que el cliente debe ser el centro de todo, aquí sin lugar a dudas lo es. Los japoneses están acostumbrados a un altísimo nivel de servicio, y quienes sirve tiene pánico si un cliente se manifiesta desconforme. En ese caso, se los ve nerviosísimos y corriendo de un lado al otro para ver como solucionan el inconveniente. La verdad, sólo lo ví con un cliente chino y conmigo mismo, en una situación de disconforto qeu acabé entendiendo y aprendiendo de ella. Me habían servido un pescado cocido en un restaurante en una isla al norte del país, allá perdida y solamente visitada por incluso algunos pocos locales, allá frente a Rusia. Ni una palabra en inglés en mis tres días de visita, lógico!. En fin, no hubo como hacrles entender que yo no como pescado cocido, y que simplemente prefería el sashimi o la sopa que le estaban sirviendo al de la mesa de al lado. El camarero consultó, una vez, dos, tres, y pedí que viniera el manager. Bueno, el manager era una señora qeu creo que jamás había oído inglés. No hubo forma, not possible, not possible!. Qué frustración la mía!. Era sólo que me cambiaran el plato, nada más simple, yo no quería ese pescado que ni siquiera había pedido!. Al final, me levanté y no les formé la cuenta por las bebidas, y fui a la recepción del hotel para intentar que me entendiesen. Todo en vano, no hubo comunicación!. Luego de bronquillas y unas cervezas, encontré que mi camarero hablaba algunas palabras más que lo normal de inglés. Él, la manager, la gente de la recepción del hotel, y el mismo dueño, estaban deprimidos porque no me habían podido complacer!. Preocupación que se hubiese arreglado con un trag gratis, un cambio de plato, o incluso una simple sonrisa. Pues no, en su cultura salir de lo planificado y establecido no es lógico, no hay excepciones, todo tiene que funcionar como está previsto. Al final pude comprender que no me cambiaron el plato por eso simplemente, porque no podían comprender que yo no quisiese pescado cocido, y porque nadie reclama por ese delicioso plato!. 

Un país tan rico que tiene todo lo que quiere materialmente, no demuestra jamás ostentar como estamso acostumbrados en occidente. Shoppings de inacabables plantas, marcas de las más prestigiosas, la oferta de lo que sea, está disponible en Japón. Sin embargo, lo que se ve y se siente es un pueblo bastante homogéneo, altamente trabajador y comprometido con sus deberes, pero jamás envdioso ni frustrado por no poder comprar esto o aquello. Nunca escuché hablar de dinero como el valor que le damos en otros países. Que Japón es muy caro, lo es, es incuestionable. Y muy caro también. Pero no sentí el excesivo materialismo que en un país con los medios que tiene Japón quizás siento. Me impresionó su perfil bajo, su simpleza, a la vez de su extravagancia.

Moda, tendencia, locura. Pelos de todas las formas, ropas las más llamativas y absurdas. Gente altamente elegante y otros que parecen fuera de sintonía. Vestidos con lo que sea, amantes de las tendencias y de la ridiculez (que por cierto no llama la atención ni se comenta!). Todos los días en las calles me quedé impresionado por lo que ví, lo que usan, como salen. Es una moda muy diferente a la occidental, muy de marcas, pero también muy de personajes de comics y mangá. 

    

 

En las calles de las grandes ciudades además de los anuncios de neon que brillan y destellan me llaman la atención los múltiples personajes y servicios que se ofrecen . Jóvenes ofreciendo su trabajo de Hostess, donde simplememte irán a beber un trago con su cliente o clienta y charlar de lo que sea. Generalmente jóvenes, y difícilmente acabe en sexo. La gente está muy sola, no tienen muchos amigos. Ellos no saben como tratar a las chicas, ellas no tiene amigos hombres. Los conocidos y amigos trabajan todo el día, es costumbre que se trabaje hasta muy tarde, tipo 22 o 23 hs, y no hay tiempo ni para molestar al colega!. Así que si quieres charlar y descargarte con alguien, contrata un hostess!. 

 

Los juegos de azar y las maquinas tragaperras abundan. Slots, arcades, games. Hasta altas horas y luego del trabajo, se ven a los adultos fumando y bebiendo y jugando en ese ruido ensordecedor de las maquinitas. En algunos barrios de Tokyo, edificios únicamente destinados a juegos de azar, por edades por cada piso. clin clin clin clin clin!!!!. 

Después del trabajo, se acostumbra salir con los colegas a beber, a comer y a buscar diversión con chicas. Shows, delicadas y muñecas prostitutas están a la orden para complacer al hombre que precisa desahogar sus energías. En grupo es mejor, hombre siempre con hombres, chicas con chicas, pero siempre transmitiendo que el sexo masculino aún tiene una cierta predominancia social. Triste, pero es así. El tema de la diversión con el otro sexo está bastante organizado; una cosas son las chicas de pago con derecho a cama, otra es la compañía de una hostess, otra es la de las chicas que hacen shows, y otra, muy milenaria, es el de las Geishas. Estas eran mujeres altamente educadas y entrenadas minuciosamente para divertir a los hombres, tocar instrumentos musicales, realizar juegos, cantar. Nunca más que eso, un servicio que hoy es altamente costoso, hay menos de 1000 Geishas y Maikas (estudiantes de Geishas) en todo Japón.

Esto me hace pensar  en los solitarios que se encuentran…. aún con sus familias esperándolos, prefieren el trabajo de largas horas (de hecho es absolutamente una regla en toda empresa trabajar y trabajar MUCHO), la salida con colegas, los amigos de ilusión, las sonrisas de persecusión. 

La principal barrera que encontré es el idioma. Los japoneses no están obligados a aprender otros idiomas, y si no lo eligen, difícilamente sepan alguna vez hablar inglés. Ese ha sido la barrera principal que he encontrado en esta experiencia; no porque yo no hable varios idiomas, sino porque ellos no saben comunicarse si no es en su lengua. Tuve la oportunidad de visitar una escuela internacional en la ciudad de Sapporo al norte de Japón. Bueno… internacional porque era el nombre de la escuela!!. Era un domingo y los jóvenes en sus uniformes estaban preparando un festival que la semana siguiente celebrarían. La comunicación con ellos en el ambiente informal de mi visita fue a base de un inglés báscio y la compañía de dos estudiantes que me fueron asignadas para recorrer y conocer la escuela. Las chicas hablaban bastante bien, pero sin ellas, creo que la comunicación con la mayoría de los adolescentes hubiese sido aún más limitada.

En sitios turísticos y en grandes ciudades es más fácil, aún no comun. He actuado mucho, utilizado la mímica y las expresiones exageradas y repetidas para conseguir condimentar mi comunicación. Este problema conjuntamente con el Japón de siempre, el milenario, el cerrado a recibir turistas en masa, el que tiene miedo de expresarse, está llamando la atención de muchos jóvenes que sienten un atraso de su país con el mundo actual. No hay más que ver a la gente en la calle como solamente están apegados a sus teléfonos, todo es tecnología. Sin embargo, cuando deberían estar abriéndose al mundo, su educación los limita.  No consiguen expresarse, tienen miedo a decir lo que piensan, es falta de respeto ser diferente. Escuché decir que en varios círculos se refieren a Japón como a las Galápagos, unas islas milenarias, aisladas, con criaturas históricas,  que parecen haber quedado en el pasado.

Por suerte me encontré con distintos jóvenes que sienten esa necesidad del cambio, de la abertura, de la revolución, de salir del esquema del sistema que los encajona y no los deja crecer. Sienten las limitaciones culturales, la presión social, y como los países vecinos, especialmente China, camina a pasos agigantados en su abertura con el mundo. Precisan de un líder que los una y que consiga expresar lo que sienten.. Me hace feliz que al menos lo sepan y lo estén sintiendo, porque en vez de avanzar, muchas vaces parece que siguen en el pasado. 

Tokyo

TOKYO (POR RAUL)

Estuviste en Tokyo? Sí, apenas 4 días. 

Mucha arquitectura moderna? Sí, estupendas estructuras modernas, multifuncionales, como el Roppongi Hills que es una maravilla, tiene de todo, inclusive el Museo de arte Mori en el piso 52 que además tiene un mirador con una vista espectacular de la ciudad, a mi gustó más que la de la Skytree Tower que tiene más del doble de altura.

 

Buenos parques, no? No pudimos ver mucho, el parque donde está el palacio imperial es muy grande, con los árboles tan particulares que vemos en la pintura japonesa.

Y las tiendas, hay tantas como dicen? Tantas y más. Vimos 2 o 3 zonas de grandes avenidas donde las marcas top tenían sus edificios que competían con sus fachadas a cual más original. En alguna zona como Ginza la hacen peatonal los fines de semana.

El tránsito debe ser abrumador, verdad? No, esa fue una de nuestras sorpresas. Hay relativo poco tránsito, no vimos ni un embotellamiento, mucho taxi. El transporte público es excelente y es evidente que el público lo usa y se mueve poco en sus coches.

No te veo demasiado entusiasmado con la ciudad, Hay algo que de verás te gustó o te impresionó? Sí, la gente.

Nunca había visto una sociedad más ordenada, prolija, limpia, servicial y ceremoniosa. En la calle ni en el Metro se ve un papel tirado, adentro de los trenes nadie se empuja, es un silencio sepulcral. Tanto en el hotel, como en los comercios y en la calle la gente es muy simpática y dispuesta a ayudarte a pesar de las barreras del idioma y la escritura. Frente a toda esa rigidez de comportamiento, los vemos salir de sus trabajos a juntarse con amigos a beber o jugar a las maquinitas, no importa la edad. Contrario quizás a la imagen que teníamos de ese pueblo, lo vivenciamos con una similitud muy grande a nosotros con gestos y expresiones muy parecidas. 

 

Y lo que me dejó boquiabierto fue la diversidad de la vestimenta. Desde el tradicional traje negro con camisa blanca y corbata que visten muchos hombres, mujeres muy elegantes, muy maquilladas, con ropas de marca hasta la vestimenta y peinado más impensable tanto en hombres como en mujeres, es como una respuesta a la rigidez que antes comentábamos. Creo que Juan Martín es mucho más capaz que yo para describir el fenómeno, lo dejo a él. Y finalmente el otro impacto es ese gusto generalizado a toda edad por los comics, y un mundo de muñecos, vestimentas, llaveros, etc, etc alrededor de esos personajes tan populares. Son verdaderos ídolos que están presentes en todo momento de la vida cotidiana. Creo que  es la sociedad más desenfadada en su vestimenta.

 

 

TOKYO: EL PRIMER SHOCK JAPONÉS! 

Hace días que no escribo nada y no es porque no pueda, sino porque no he querido!. 

La verdad no sé como empezar, no sé que escribir de TODO lo que he visto en pocos días con Raúl en esta impresionante capital. Pasamos allí las 4 primeras noches de nuestro viaje a Japón, y sin duda fue el primer shock, el primer abrazo cultural, los primeros descubrimientos. Todo lo que viví en Tokyo fue absolutamente alucinante, como lo sigo experimentando hoy en otras ciudades y poblados de este país milenario que no para de sorprenderme. 

Como he dejado mis últimos 9 días de Japón para regresar a Tokyo y redescubrir la ciudad ya con 20 días de experiencia cultural japonesa, les contaré de esta capital desde esa nueva perspectiva. Veré si luego cambia en algo con lo que experimentamos con Raúl y el ha escrito más arriba. Por ahora, y a pedido de mi sobrino Maxime que me ha reclamado imágenes, sólo fotos de Tokyo – first round!.  

 

 

 

 

 

Recuerdo de sitios visitados en Tokyo con Raúl:

– Akasaka

– Mercado de pescado de Tsukiji

– Shibuya (estatua de Hachiko)

– Asakusa (antiguo Tokyo, templos)

– Ueno (Park and National Museum)

– Roppongi (Hills, etc)

– Akihabara (mangá y electrónicos)

– Ginza (shopping street, al lado de Tokyo Central, arquitectura y edificios)

– Omotesando (chic, shopping, galerías, ¨el lugar para estar en Tokyo¨)

– Harajuku (Takeshita Dori, cosplay)