Japón – Isla de Okinawa

Decidí conocer la parte sur de Japón y aprovechar de una buena temperatura para ver colores azules y turquesas del Océano Pacífico. En esta época del año ya comienzan los fríos y Tokyo fue el mejor ejemplo de una primer semana en Japón donde tuve que salir a comprar abrigo. Una experiencia que no tenía desde los frescos y algo fríos días de verano del Tibet, donde por causas obvias de la altura, aún en pleno verano hay que abrigarse. El resto del viaje fue todo verano y manga corta. 

Entendí que esta época del año sería buena para visitar el archipiélago de Ryukyu, al sur de Japón, algunas de sus islas cerca de Filipinas y otras de Taiwan. Escogí Okinawa, su isla principal y capital ryukense. Para llegar a Okinawa, a su capital Naha, hay que tomar un vuelo de 3 horas y media desde Tokyo. Casualmente el día que dejé Camboya con destino a Japón, coincidió con el peor desastre del tifón en Filipinas. La verdad que sólo me enteré de los fuertes vientos que se sintieron también en Camboya, pero no imaginé que eso era el indicativo de tan importante catástrofe. 

Los planes en Okinawa eran de bucear en aguas del Pacífico, aprovechar las vistas increibles de las islas y aprender de una nueva subcultura japonesa, la cultura Ryukyu, en todas sus tradiciones y constumbres. Me gustó la idea de saber que ya había viajado hasta el extremo norte del país, hasta la isla de Rebun-to en Hokaido, y ahora conquistaría una parte del extremo sur del país. Dos subculturas totalmente diferentes, ambas con sus particularidades claramente opuestas por razones climáticas (Hokaido al norte, frío y nieve; Okinawa al sur, calor y playa). Ambas con una historia propia.

 

El Reino de Ryukyu. Brevísima historia.

Reino independiente que gobernó la mayoría de las Islas Ryūkyū (al sur de Japón) desde el siglo XIV al siglo XIX. Los reyes ryukyuenses unificaron la Isla de Okinawa y extendieron el reino a las Islas Amami e Islas Yaeyama junto a Taiwán. A pesar de su pequeño tamaño, el reino jugó un papel central en las redes de comercio marítimo del este y del sureste de Asia en la época medieval. 

Por cerca de 200 años, el reino Ryūkyū figuraría como elemento clave en el comercio marítimo con Asia Suroriental y Oriental, con cierta independencia pero muy vinculados a la Dinastía Ming china. 

Tras la revolución Meiji, el Gobierno meiji japonés abolió el reino Ryūkyū, anexionando oficialmente las islas a Japón como la prefectura de Okinawa el 11 de marzo de 1879. El rey Shō Tai, el último rey ryukyuense, se mudó a Tokyo y fue investido Marqués como otros muchos aristócratas japoneses.

Además de esta increible historia de comerciantes, esta parte del archipiélago jugó un rol clave en la Segunda Guerra Mundial, donde fueron ocupadas por los americanos y transformadas en base estratégica para la lucha contra los japoneses. Finalizada la guerra en 1945, el archipiélago fue administrado por los Estados Unidos. Las islas del grupo Amami fueron devueltas al Japón en 1953 y son parte de la prefectura de Kagoshima. El resto del archipiélago, a excepción de la isla de Okinawa, fue entregado en 1967. Okinawa volvería a soberanía japonesa solo en 1972.

Hoy viven en Okinawa más de 100.000 americanos y ocupan más de dieciseis bases militares. 

Aprendí baastante en una semana de viaje tranquilo y con pocos turistas; aproveché a bucear y admirar fauna y flora marina, con un poco de frío bajo el agua (precisé usar trajes de neopreno de 5 mm) pero con clima cálido. 

Los locales son grandes pescadores y esto se refleja en las comidas típicas repletas de mariscos. Sin embargo, es fundamental en la dieta local el cerdo. 

Atardeceres y amaneceres sobre aguas oceánicas tranquilas y otras bravías. Playas ya desérticas por el ¨invierno¨ que invitan a relajarse y disfrutar de vistas y sonidos marinos que para quienes amamos el mar, nos dejan extasiados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sea Aquarium frente al mar, doblemente fabuloso. 

 

 

 

 

 

 

 

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