Vietnam – Comienzo de la fase 3!

Ya han pasado varios días desde mi llegada a Vietnam. Este país es el comienzo de una nueva fase de mi viaje, como la suelo llamar, la fase 3!. Durante meses disfruté de experiencias viajando en solitario y aprendiendo a estar conmigo mismo, tomando constantemente mis decisiones no negociadas, pensando en dejarme llevar por los momentos y la cultura local. Viajé por países en los que me sentí muy a gusto, rodeado de una espiritualidad budista que caracteriza a todos los sitios que fui, desde Japón en adelante, con la excepción de China no tibetana. Este último país y esa cultura, como escribí, fue un viaje ¨aparte¨, que aún luego de mi segunda visita no conseguí más que apreciar. 

La fase 3 comienza en Vietnam y será hasta principios de diciembre que la llamaré así!. En la misma tendré como compañero de viaje a Celso que ha venido a compartir unos meses de esta experiencia que nos llevará por Vietnam, Camboya, nuevamente Japón y Tahilandia. A comienzos de diciembre pasaré a la última fase del viaje y la llamaré fase 4; en ella mi amiga Marcela vendrá a acompañarnos y ayudar en el countdown para regresar a occidente. Me encantó la idea de una re-adaptación occidental in-situ para volver a la vida en los países y las culturas a las que hasta ahora he pertenecido.

 

Vietnam me recibió por el norte en su capital Hanoi y desde el aterrizaje comencé a sentirme diferente. Al principio pensé que se trataba del típico cambio de cultura y de país, que se presentaba bien diferente a los previamente visitados. Ya había leído acerca de esta cultura, y aunque sabía poco sobre ellos por los films americanos que nos bombardearon durante épocas, era consciente de su impetuosidad y su menor enfoque religioso en su vida diaria. Aún con sus diferencias entre norteños y sureños, varios viajeros que fui encontrando por el camino me advirtieron de esta cultura en la que no conviene relajarse demasiado. Incluso la guía Lonely Planet de Vietnam y varios episodios de Natgeo también recomiendan atención en las relaciones con los locales. 

  

La bandera de Vietnam se iza en la mayoría de los casos conjuntamente con la bandera comunista a su lado.

ALGUNA INFORMACIÓN GENERAL SOBRE VIETNAM.

Vietnam ha cambiado mucho desde el fin de la guerra con los americanos en 1975 y sigue cambiando aún más. Un país de más de 90 millones de habitantes que han vivido entre guerras con chinos, siameses, franceses, americanos, entre otros, y que hoy se encuentran entre los más desarrollados del sudeste asiático. De ser uno de los países más pobres y destrozados se ha transformado en un país estable y próspero gracias a la laboriosidad y la ambición de su pueblo. Pero como la mayoría de sus vecinos comunistas, se caracteriza por ser altamente corrupto y el Gobierno controla la mayoría de las principales grandes empresas y recursos naturales del país. 

La historia de Vietnam es la historia del reino hinduista de Champa que al igual que el de Funan (sur de China), tomó el sánscrito como lengua sagrada al igual que muchos otros elementos del arte y la cultura india. Este reino controló el país hasta el S. VIII en el que fueron derrotados y desplazados por los vietnamitas del norte. De este reino Champa visité la ciudad histórica de My Son, hoy pura ruina luego de la destrucción de los americanos en la guerra de Vietnam.

Vietnam fue controlado por los chinos de los que recibió muchas influencias durante los más de mil años de ocupación.  Después llegaron lo franceses y el humillante período colonial que compartió este país como también lo hicieron Laos y Camboya. El último en llegar con sus invasiones fueron los EEUU y por no comprender esta cultura y no dominar esta naturaleza acabaron también derrotados. Vietnamitas guerreros e impetuosos, orgullosos y nacionalistas, combativos y agresivos que sea como sea consiguen abrirse camino… nada diferente a sus vecinos del norte…

Vietnam también tuvo una historia de luchas internas entre sureños y norteños que los dividió desde 1954 en el Vietnam del norte, comunistas, y el del sur. Esta división llevó a la guerra entre ambos con el apoyo de EEUU a los sureños y China y USSR a los norteños, que acabó con la derrota de los norteños en 1975 y la reunificación del país y la imposición del regimen comunista. Esto implicó al igual que en Laos un éxodo de refugiados sureños y una opresión del nuevo gobierno para imponer su estricto regimen. 

Hoy según la doctrina oficial indica que el comunismo es el rey, pero deben de ser muy pocos del partido que se crean que Vietnam es una utopía marxista!. El socialismo orientado al mercado es el nuevo ¨mantra¨, aunque tal vez sería más exacto hablar de un capitalismo con responsabilidad social!. Llega la inversión extranjera y el capitalismo progresa como nunca con un dinámico sector privado que impulsa la economía. Algunos ya hablan de Vietnam como una de las principales potencias del mundo en el 2025…

 

EL VIAJE.

Vietnam es un país de más de 1600 kms de costa en Indochina que es algo más grande que Italia, para tener una idea de comparación. El delta del río Rojo en el norte y el delta del Mekong en el sur, dos grandes regiones arroceras (Vietnam es el primer exportador de arroz del mundo), se separan por una estrecha franja costera que se perfila como uno de los destinos turísticos más importantes de Asia. Así que desde Hanoi al norte, decidí recorrer el país hacia el sur y desde allí por el Mekong cruzar hasta Camboya.  

Hanoi.

En Hanoi me encontré con Celso y nos recibió un clima de lluvias y época de tifones, un clima húmedo y poca visibilidad. Esto nos impidió visitar la conocida y famosa bahía de Halong al norte de la ciudad, para la que habíamos planificado un turismo de aventura por islas más alejadas, homestay, kayaking y bicicletas. El día de la partida llovía tanto y hacía tanto viento que nos cancelaron el viaje. 

Atiborrado de motos y cables de teléfono y electricidad, recorrimos la parte antigua de la ciudad que caracteriza a Hanoi. Vietnam es un país de motos, MUCHAS motos que con pocos semáforos generan un caos al cual hay que habituarse para poder andar. Las reglas de tránsito muchas veces parecen no existir y quien más se impone es quien avanza. Así son todas las ciudades, es todo el país. 

 

Ya los templos comenzaron a parecerme extraños; a la entrada enormes vasijas llenas de inciensos, leones y dragones y la ausencia de Buddha me confundieron. Sabía que no estaba en un país muy religioso y mucho menos muy budista, pero me había acostumbrado a sentirme confortable y conocedor en los diferentes templos y pagodas. 

 

En la calle los locales con sus tradicionales sombreros de paja y su ¨don ganh¨, nombre que recibe la omnipresente vara de bambú con un cesto de arroz o fruta colgado en cada extremo. Esta foto conjuntamente con la de infinidad de cestería, se repetiría en las más de dos semanas del visita por el país, ni que hablar con mucho más fuerza en las zonas rurales y comerciales del delta del río Mekong en el sur. 

 

 

En los restaurantes la oferta de frutos del mar, mariscos y pescados comenzó a cuestionar mi tan cuidadosa dieta vegetariana de meses anteriores!. y de hecho, no demoré en quebrarla en pro de estas delicias!. La comida vietnamita parece ser bastante famosa y diferente a otras asiáticas, y sin duda se percibe y se degusta en los diferentes puestos callejeros. Incluso me llamó la atención como la gente hace de la calle su lugar de reunión y restaurantes improvisados con pequeñas mesas y banquitos enanos hacen característico esta tradición culinaria.

Cervezas de varios tipos muy frescas y definitivamente muy muy económicas (dicen que la ¨bia hoi¨ es la cerveza de barril más barata del mundo por USD 0,20 por jarra), entre las cuales La Rue me pareció formidable (pero no tan barata como la de barril!). Un ¨cà phê¨ (café) delicioso, intenso y achocolatado con un aroma perfumado y avainillado que no demoré en degustar en su tradicional sistema de filtrado individual. Un ¨pho¨ (sopa tradicional de noodles) que se come a cualquier hora y principalmente al desayuno; le echan de todo, desde coriandro hasta cerdo, y por supuesto no dejó de llamarme la atención aún con las miradas de desconfianza de mi compañero de viaje que recién llegaba y no estaba acostumbrado a las comidas de calle donde las condiciones higiénicas son verdaderamente cuestionables!!. Rollitos primavera con una salsa roja y transparente que acabé comprendiendo que se trataba de salsa de pescado y luego descubrí que es una de las principales en la mesa de los locales.

 

 

Comida aparte, la gente distante y con un cierto trato agresivo no consiguió generar un sentimiento de confort en mis primeros días en el país. Sumado a esto, el caos en una metrópoli que progresa y en la que parece que todo el mundo está empeñado en ganar dinero fácil, así como el clima de tifones y grises por doquier, me generaron un sentimiento contadictorio que me acabaría costando varios días de observación y reflexión de mi mismo para salir nuevamente a flote. Quizás el fin de mi fase en solitario fuese una puesta a prueba de que todo lo aprendido en meses anteriores era hora de ponerlo en práctica, y con estos condimentos de esta nueva cultura, de forma aún más urgente!. 

 

 

 

 

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